1914

El matrimonio Félix Güereña procreó dieciséis hijos de los que sobreviven doce.

El 8 de abril nace en Álamos, Sonora, María de los Ángeles. Hija de Bernardo Félix de origen Yaqui y de Josefina Güereña de ascendencia Vasca.

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1919

Crece entre el rancho de sus abuelos y el antiguo Real de Minas de Álamos, distante de los juegos femeninos. Desde pequeña monta caballos con sus hermanos.

Tiene una infancia anecdótica entre el sonambulismo y la tartamudez

1925

Recibe por parte de sus hermanos, una caja de porcelana del creador francés Jacob Petit; primer pieza de la basta colección decimonónica que integraría, y el primer acercamiento formal al mundo del coleccionismo de antigüedades.

1927

De su madre hereda el refinamiento: “el esplendor empieza en la cama” refiriéndose a la manera de procurar el lecho con encajes, pasamanerías y volantes; gusto que incide en el cúmulo de textiles antiguos con los que conviviría en su intimidad.

Estudia baile moderno y danza clásica.

1928

Sus estudios los complementa con el hábito de la lectura. La biblioteca de su padre fomenta en María el interés por la historia de México, la literatura y el ejercicio de la memoria. Décadas después, aquellos libros, los adquiere de sus hermanos e integra a las tres bibliotecas de sus casas.

Llena de emociones juveniles siente atracción por uno de sus profesores del colegio.

1929

Con quince años y una refulgente belleza es nombrada Reina de los estudiantes de la Universidad de Guadalajara.

Su padre decide enviar a Pablo a estudiar al Colegio Militar de la Ciudad de México con lo que se ve separada de su cómplice y cariño.

En una fiesta de disfraces conoce a Rafael Corcuera joven de familia acaudalada con quien se relaciona sentimentalmente.

1930

Durante un día de campo en Chapala es presentada con Enrique Álvarez Alatorre quien al poco tiempo sería su primer esposo.

1931

10 de enero, sin la venia familiar y en busca de liberarse del yugo paterno se casa en el Sagrario Metropolitano de Guadalajara con Enrique Álvarez. El viaje de bodas la lleva al lago de Chapala.

Alquilan un modesto apartamento en el Centro de Guadalajara. La economía de la pareja depende de los ingresos de Enrique como representante de ventas de los productos de belleza Max Factor.

1933

Celos e infidelidades por parte de su marido ocasionan el encierro frecuente en su domicilio.

La vida conyugal se limita a la oscuridad de las salas de cine donde la pareja llega comenzada la película y se retira antes del final para evitar que su belleza capturare la mirada de otros hombres.

1934

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Transcurre las tardes escuchando en la XEW el programa de radio La Hora Íntima de Agustín Lara. Menciona a sus hermanas: “con ese hombre me voy a casar”,  lo cual evidencia su incomodidad matrimonial.

1935

6 de abril, de un parto gemelar sobrevive su hijo Enrique Álvarez Félix. Compañero, amigo y complice a lo largo de su vida.

1936

Harta del distanciamiento con su familia y el encierro a la que la obliga su esposo comete adulterio con su vecino Francisco Vázquez Cuellar.

1937

Descubre que su marido padece una enfermedad de transmisión sexual y da por terminada su relación.

26 de diciembre, se entera del suicido de su hermano Pablo en el Colegio Militar de la Ciudad de México. Siempre sostuvo tratarse de un homicidio. Tuvo razón a la luz de recientes hallazgos históricos.

1938

Se divorcia de Enrique Álvarez Alatorre.

La familia Félix Güereña se muda a Navojoa, Sonora.

1939

Padece en su tierra natal el escarnio social producto de su divorcio.

1940

Toma el tren subpacífico y se traslada con su hijo Enrique a la Ciudad de México.

Vive en una casa de huéspedes en la Calle de Hamburgo 70.

Trabaja como recepcionista en el consultorio de un cirujano plástico quien la llama Miss Happy.

Su ex esposo decide quitarle la custodia de Enrique y se lo lleva a vivir a Ajijic, Jalisco, bajo el cuidado de su abuela Paz Alatorre. María lo toma como afrenta y amenaza con que en algún momento tendrá más dinero y más poder para recuperarlo.

Conoce a Ernesto Alonso quien le regala medias de seda y la lleva a disfrutar de la fiesta brava.

A la espera de un teléfono público, en paseo de la Reforma y Lafragua, se da un encuentro fugaz con Agustín Lara y sostiene la primera de muchas discusiones que estarían por vivir.