Maria Felix Joyas

Maria Felix Joyas

María Félix, la actriz “mexicana hasta el tuétano” como jocósamente se autodefinió en una inolvidable entrevista para Hola! en 1989 en su espectacular departamento en París, es actualmente recordada por suficientes facetas sobresalientes de su paso por la vida pública Mundial:

-Primeramente, su belleza sin par dentro del cine latinoamericano que culminó con grandes filmes Internacionales sobre todo europeos. -También es inolvidable por los personajes que interpretó de mujer recia de carácter firme, exuberante y áura exótica que impactó al mundo y sobre todo a Europa.
-A ello vendría además, su singular manera de ser, pensar y opinar como una extensión misma de los mujerones que encarnó en la pantalla.
-Recordada también por sus controversiales, ingeniosas y muy peculiares declaraciones sobre un sin número de temas, hechos, situaciones e incluso personajes y personalidades que hasta la fecha hacen eco en la mente de los colectivos del Orbe!
-Ella es punto de referencia por su filia a la perfección, al lujo y la sofisticación del universo que se rodeó tanto en círculos sociales con artistas plásticos, escritores y compositores, celebridades, magnates y políticos de renombre nacional e Internacional, como en sus posesiones personales de tipo exquisito y único todo ello enmarcado en la exclusividad, moda de Alta Costura, muebles, arte, joyas.

Después de conseguir la fama Mundial a través del cine y su belleza e indudable inteligencia matizada con buena dosis de astucia e ingenio, su vida se enfiló a otros quehaceres, como promotora del arte y de artistas, y también su afición a los caballos de carreras, pasión que gracias a su matrimonio con Alex Berger, ella se convirtió con facilidad en un elemento vital infaltable en el elitista círculo hípico europeo donde en las décadas de los 60’s, 70’s y principios de los 80’s donde cosechó triunfos en Derbys, ambiente lejos de la fama cinematográfica que le sirvió de escaparate involuntario para sus otras pasiones: La Haute Couture y el uso, posesión y disfrute de la Alta Joyería Exclusiva, un Hobbie propio para la Realeza y escasa gente con Poder y gusto exquisito.

De ésto último, es del dominio público Mundial, el homenaje post Mortem que La Maison Cartier a rendido a nuestra Doña con joyas de línea y de diseño exclusivo de Alta Joyería de la Maison que lleva su nombre, “La Donna”, en su honor como cliente asidua por décadas por motivo de ese gusto por joyas insólitas y fuera de serie solicitadas a la gran firma francesa con rancio abolengo.

Cartier, célebre en la industria del lujo por cumplir sobre todo, los caprichos de las monarquías de los siglos XIX, XX y XXI, para materializar en un objeto único valioso y eterno, un evento inolvidable en la vida de la Realeza: un cumpleaños, una boda real, una coronación, el nacimiento de un heredero o quizás unas vacaciones inolvidables!

María Félix Joyas, como Reina indiscutible de los entornos que abordó, también fue celebrada por sus parejas románticas pero sobre todo Berger e incluso ella misma celebró aconteceres con joyas de Cartier momentos de su vida: Cumpleaños, momentos del corazón que a detalle se guardó para si misma o, con actitud avasallante del Ave Fénix, de un momento desgarrador que, para contrarrestarlo, mandó confeccionar joyas maravillosas -algo impensado en personas convencionales de cualquier estrato Social y económico!- interviniendo en el diseño o incluso, iconoclasta como siempre fué, haciendo una propuesta arriesgada de algo no visto, dictó un diseño muy propio todo ello en felíz termino para satisfacción de ella y de la propia Casa de Joyas.

Pero, de personalidad indomable y de espíritu libre, su afición por las joyas -finas, finísimas!- tampoco se limitó ni al diseño personal ni a las grandes firmas contemporáneas de Alta Joyería como Cartier, Van Cleff & Arpels, o Tiffany & Schlumberger, Co., etc., que adquirió una vez que consiguió el éxito profesional y financiero con su inolvidable debut en el cine mexicano, también poseyó joyas sin tales firmas pero siempre únicas!

Éste documento inédito, es con el único fin de descubrir, el valor intrínseco y no sólo el económico, de otras piezas exclusivas de La Doña, piezas que, sin duda alguna, carecen del alto impacto visual de La Serpiente de diamantes montados en platino, oro amarillo y ojos de esmeralda, los cocodrilos de oro amarillo, esmeraldas, diamantes ambarinos amarillos y ojos de esmeraldas y rubíes todo ello de Cartier ahora reconocidas por todo el mundo como íconos de la firma, el celebérrimo y descomunal diamante Ashoka de Harry Winston, pero también con un altísimo valor histórico, orfebre y en el arte lapidario antiguo (Arte Lapidario: Quehacer del corte y pulido de las gemas preciosas destinadas a reyes, emperadores y monarcas por excelencia: El diamante, el rubí, el zafiro y la esmeralda)

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Nos abocaremos en analizar a detalle sobre la historia y la calidad de las joyas indúes o indias cómo se les quiera llamar, de la Dinastía Mogol -ó Mughal- resueltas en oro fino de 23 kilates, diamantes tableta blancos impecables y envés de las mismas con esmalte policromado del Imperio Otomano que poseyó para su gusto y ostentación La Doña María Félix, que utilizó públicamente en México en dos grandes momentos inolvidables de su vida: En la Rueda de Prensa en el Hotel Camino Real para anunciar con bombo y platillo la firma del Contrato de su regreso al cine con el proyecto cinematográfico “Eterno Esplendor” y en La Reseña Internacional de Acapulco 1987 donde fue homenajeada hasta por el tenor Plácido Domingo cantando en su recital para ella “María Bonita” y que su pareja sentimental el pintor francés de origen ruso Antoine Tzapoff inmortalizó a la sinpar Doña portando dichas joyas en un cuadro denominado “Esmeraldas”

“Mi gusto, no es convencional! Adoro lo ínsólito, lo extravagante, lo fuera de serie..Lo que nadie tiene!… Nadie!…¡¡¡ NAADIEEE !!! ”

-María Félix, declarando una explicación al público en su salón estilo veneziano Siglo XVIII de su casa de descanso “La Casa de Las Tortugas” en Cuernavaca, México para una entrevista mexicana en 1995

LAS JOYAS INDÚES DE LA DOÑA

“Raúl Velazco:
¿A qué se debe su afición por los ofídeos María?
María Félix:
¡Bueno!…Más que los ofídeos…¡Por los Diamantes! Que tampoco me voy a “colgar” un pitón de verdad! ¡Ah, No!”

-La Doña entrevistada por el conductor de TV Raúl Velazco en Washington, D.C., ella portando el monumental collar serpiente Cartier de diamantes y platino, vestida de Dior y con el tremendo diamante Ashoka destellando en su controversial mano.

Imposible abordar el aspecto de la magníficas joyas que poseyó La Doña y pasar por alto el tema de su pasión por los Diamantes, desde el inicio, se engalanó con ellos en todo tipo de cortes y pesos, pequeños y monumentales, acompañando como acentos a otras gemas o siendo motivo principal de una maravillosa pieza.

A mí ver, siempre, desde el comienzo, fueron dos móviles fundamentales en el coleccionismo de alhajas de nuestra Diva: Los diamantes y las serpientes.

Cuando el éxito y la fama le acompañó en su debut, el poder adquisitivo le abrió las puertas de la abundancia en cuestiones materiales y ella, conciente de pulir pulcramente su imagen, se dió a la tarea de adquirir piezas de calidad y ésto último, tuvo que ver con diamantes.

A lo largo de su carrera y vida pública, su gusto evolucionó de manera personal a la par de la moda vigente en el tema pero regido ya por una pauta personal, pues a principios de los 40’s cuando el estilo de ese entonces ya estaba en un punto definido por una corriente de diseño cuya cúspide alcanzó los años 50’s en materia de diseño de joyas, ella curiosamente se decidió por usar piezas del reciente pasado Art Déco* propias de los 20’s y 30’s, incluso comienza adquirir las primeras serpientes victorianas de mediados del siglo XIX.maria-felix-joyas

Aquello, ya indicaba una manera de expresar su arreglo con alhajas ajeno a la moda actual, no perdamos de vista que estamos abordando el tema del gusto de una mujer que propuso Vanguardia y Estilo, con ello su propia presencia marcó pauta para ser seguida e imitada, así que, lo que dictara en modas “Sabrá Dios quién!” se lo pasaba “Por el arco del triunfo!”

Podemos mencionar que, ese gusto personal de María por las joyas, posee etapas definidas, analicemos por cada una de ellas de manera muy general para llegar finalmente al motivo central de éstas líneas:

-Adquiere piezas Art Déco* de diamantes montados en platino (brazaletes y aretes que incluso son parte de la temática de la película “Que Dios me Perdone”) y también serpientes de oro amarillo con influencia de Medio Oriente a inicios de los 40’s (Recibe de Agustín Lara una sortija de Aguamarina y un misterioso collar de Rubíes que hasta el momento, ¡no hemos podido ubicar!)

-A partir de mediados de los 40’s, inició la etapa de piezas con enormes esmeraldas y diamantes para grandes ocaciones. Destaca el pendiente diseñado con la monumental esmeralda que fue propiedad de otra luminaria de Hollywood, Gloria Swanson – regalo de amor a la célebre Swanson del patriarca del Clan Kennedy – que La Doña inmortalizó en el controversial filme “La Diosa Arrodillada”, además de brazaletes gargantillas y anillos de oro amarillo con forma de serpiente para momentos “con menos reflectores” (El matrimonio con Lara estaba terminando cuando recibe de su enamorado el magnate mexicano Ricardo Pasquel en un viaje a NewYork, un set completo – aretes, collar, brazalete, anillo y broche- de zafiros estrella y diamantes montados en platino con fuerte estilo de Tiffany & Schlumberger, Co.)

-En la segunda mitad de los 50’s, inicia su pasión por las perlas, las luce en sartas de varias vueltas en su pulso y cuello, aretes y anillos Cocktail con perlas Mabé acompañadas de diamantes. Adquiere – sólo por sus enaguas!- el célebre collar de la renombrada Joyería Aldao en Madrid elaborado en platino, diamantes, perlas y esmeraldas, confeccionado especialmente a solicitud de la esposa del Generalísimo Franco para ser destinado a obsequiarse a Eva Perón, que fue otra devoradora de esmeraldas y diamantes.
También, La Félix ingresa a su colección un importante collar de diamantes que luce en la película argentina “La Pasión Desnuda” donde el collar toma protagonismo en una escena importante y también lo luce en su primer viaje a Cuba con fines artísticos.
Por ese entonces, las joyas de María, ya no cabían en su lujoso bolso, ni en un alhajero de cualquier tamaño, ni en una “maletita”.
A la hora de viajar, La Doña cargaba “hasta con el Loro!” “Por si se ofrecía!” y hubo necesidad de destinar un pequeño baúl para acomodar su tesoro en diamantes, oro, platino, perlas y esmeraldas a la hora de emprender viajes….y nació “El Niño!” como ella burlonamente apodaba a aquél tesoro de “vidrios” (como se refería a sus diamantes!) con los que se llegaba a emperifollar en el momento preciso de “Dar el golpe de ojo” al respetable público.
La broma de “El Niño” terminó en chisme macabro, pues los reporteros que la acosaban a la hora de subir o bajar del avión, tejieron una historia espeluznante sobre aquel baúl con apodo, ignorando su verdadero contenido:
Se dijo que, Félix tuvo un amor fallido del cual engendró un bebé que falleció o abortó.
Enajenada por aquella frustración, mandó momificar al bebé y ¡Cargaba con él a todos lados!

Puede sonar de risa loca aquello por semejante absurdo, pero en su momento, acaparó titulares Internacionales de prensa y radio con aire de escándalo serio, hasta que, María – que primero se divirtió y luego se fastidió del embuste – en plena sala de aeropuerto de un país sudamericano, tuvo que abrir ante las cámaras de prensa el mentado baúl y mostrar al mundo, sus preciadas joyas no envueltas en olor nauseabundo a carne podrida, si no en una fragante nube de su perfume Joy de Jean Patou.

-Su colección de joyas a principios de los 50’s crece con el famoso collar de esmeraldas, regalo de bodas con Jorge Negrete que, según contó ella misma a Raúl Velazco a finales de los 60’s en entrevista para el diario Excelsior, las esmeraldas formaban parte del lote de joyas de los Zares Rusos de la Casa Romanov, esmeraldas finísimas colombianas que se desmontaron y se creó el bellísimo collar, mismo que como es sabido, fue motivo de discordia y demanda judicial a La Doña por hurto – a Diana Negrete, la unigénita de Jorge representada legalmente por David su tío, hermano del Charro Cantor – cosa por demás falsa ya que no fue “robo” fue un obsequio.
Pero mientras tanto, unos policías a causa de la orden de un juez quien deliberaba la denuncia ante los tribunales, le impidieron viajar de regreso a Francia a concluir la filmación de “La Bella Otero”, María Félix se negó a entregar su collar flanqueda por Diego Rivera y regresó a su casa, contrariada.
Al día siguiente, regresó al aeropuerto para reiniciar su viaje:

“Ya ni viajar tranquila la dejan a una!” Declaró molesta ante la prensa mexicana.

Cómo botín de Guerra, María lució el collar de esmeraldas en escenas cumbres de su filme francés en el papel de la inolvidable Carolina Otero.

-El resto de los 50’s y en los 60’s sus temas centrales de coleccionismo, diamantes y serpientes victorianas, se incrementan, las esmeraldas toman un respiro como tema central, tal vez por el mal sabor de boca del collar de Negrete, no así las perlas que aumentan en número como flores en primavera.
En 1963, en pleno set de filmación de la película “Amor y Sexo -Safo 63”, el día de su cumpleaños, es sorprendida por un detalle romántico por parte de Álex Berger, su flamante marido: Le obsequia un enorme diamante corte esmeralda en una sortija, dicha gema quedó inmortalizada infinidad de veces como la portada de la revista “Life” a lado de su hijo Enrique y también en la célebre sesión de fotos en el zoológico de Chapultepec acompañando a la Serpiente de diamantes Cartier.
Debió ser el regalo de Alex- conociendo el exigente gusto de su Pantera Mexicana – un diamante muy limpio, de corte impecable, seguramente de Cartier pero, a juzgar por la montura en oro amarillo, de tono blanco pero no puro y, “a caballo regalado, no se le ve el colmillo!” lo aceptó gustosa y lo lució encantada y se quedó nuestra Doña con “la espinita” de lucir un diamante más grande, inmenso, perfecto, pulcro y…muy puro!
Años después con la muerte de Berger ese diamante obsequio de su marido, lo subastaría en 1976 en Ginebra con Christie’s y en 1977 adquiere el legendario Ashoka

A mediados de los 60’s, el color Azul Dior toma la escena mundial de la Alta Costura, es correcto su uso de pies a cabeza de manera monocromática, La Doña se siente cómoda con aquella propuesta en el buen vestir y la hace suya.
La turquesa, piedra puesta de moda por la Reina Victoria en el siglo XIX como tema central para aderezar las serpientes de oro, plata y diamantes que María amaba desde su juventud, vuelve a estar en boga en la Alta Joyería a consecuencia del Azul Dior, nuestra Doña, como pez en el agua, adquiere nuevas piezas de Joyería con la romántica piedra semipreciosa (siempre acompañada con diamantes, por supuesto!)

También, dá inició a la adquisición de otras icónicas piezas muy importantes en su coleccionismo con las que se le identifica a María Félix, joyas Cartier con tema central de Coral Rojo Mediterráneo.
De éstas, la mayoría de dichas piezas de coral fueron usadas en la intimidad o lejos de las cámaras periodísticas en Europa en seguramente compromisos sociales bien sean hípicos o en Deuville, muchas piezas de ese tipo las subastó en los 90’s antes de la muerte de Enrique y después de la famosa noche de “La Movida”

Es importante hacer notar que, tanto las perlas como el coral, son gemas semipreciosas orgánicas, es decir, un organismo vivo las originó, y dichos organismos son animales marinos, la otra gema semi preciosa es el ámbar, que es resina fosilizada de origen vegetal y de hecho, jamás se le vió a la Félix una prenda de ámbar.
El uso de esas gemas ancestrales, data desde los albores de la historia humana y siempre destinada a emperadores y nobleza.
La turquesa, otra piedra semipreciosa favorita de La Félix, tiene un origen geológico relativo al agua de mar atrapada en monstruosas placas de piedra sometidas a inimaginables presiones y alta temperatura hasta generar la gema que por otro lado, no cristaliza y es más bien un material semejante al vidrio, similar al ópalo y a la obsidiana, todos en conjunto, delicados y muy frágiles, mucho más de lo que la gente imagina!

Justo en éste momento, a finales de los 60’s, el gusto personal de La Doña, adquiere un nuevo rumbo, diríase que es un parte aguas en su estilo de joyas:
Comienza a dejarse ver portando joyas indias o indúes!

¿Cómo sucedió ésto?

Si bien es sabido que en 1968 y en los 70’s, justo cuando el encanto del Séptimo Arte parece estar fuera de su interés y su ocupación máxima es su famosísima cuadra de caballos y adquiere las icónicas piezas de Joyería Cartier además del legendario diamante Ashoka en la sortija creada por Harry Winston con las cuales en mundo entero la identifica, paralelamente inicia su avidez por las piezas indúes.

Es como si hubiese tomado un curso de alta Joyería y ¡Esas adquisiciones fueran su tésis Doctoral!

Me atrevo a hacer la analogía que aquello, fue cómo el catador de vinos que, con una mirada con pericia extrema, a través de una indicada y correcta copa de cristal juzga al tono, transparencia, brillo y reflejo de la luz que atraviesan la preciada bebida, además del buqué aspirado lentamente y el delicado paladeo detectando añejamiento, grado de alcohol, la madera de la barrica y hasta la concentración de minerales propios de un buen año con un invierno idóneo y tibias lluvias primaverales que le dieron a la uva la calidad de ideal para una excelencia al codiciado y fino vino!

La Doña, en plena maduréz vital, con conocimiento propio de un curador de museo, reconoce la calidad excepcional de piezas históricas que usaron los grandes Mogoles del Imperio Otomano y su corte hace cientos de años o tal vez medio milenio!
No son las piezas de cegador brillo de los cortes modernos de diamantes con pulcritud meticulosa de actuales monturas, son piezas de los albores de la historia del arte de la orfebrería y lapidaria que con herramientas y técnicas bastante rudimentarias guardadas para unos pocos como si fuesen conocimientos de Alquimia, lograban simetría y limpieza en sus acabados, los motivos florales resueltos en esmalte policromado primorosamente dibujados en miniatura, conseguían ser dignas de poseerlas y lucirlas por el elegido de Alá en la tierra para gobernar a un Reino y que, aún hoy, con toda la sofisticación alcanzada en las técnicas ocultas de Alta Joyería, mantienen belleza maravillosa excepcional rivalizando con las selectas y deslumbrantes piezas actuales!

CONTINUARÁ…..

En una boda, se presenta María Félix atavida de Chanel y cuajada de pies a cabeza de diamantes.
Estaba impactante ¡Como una Pitonisa de Delphos a punto de decir el Oráculo!

Le pregunté:
María, ¿Tienes muchas de éstas “Cositas”? (Refiriéndome a sus joyas)

“¡Bastantes! contestó… ¡Cómo para llenar mi ataúd!”

-Marie-Jo Tramini, Viuda de Octavio Paz

*Art Déco
El Art Déco fue un movimiento de diseño popular a partir de 1920 hasta 1939 que influyó las artes decorativas mundiales tales como arquitectura, diseño interior, y diseño gráfico e industrial, también a las artes visuales tales como la moda, pintura, grabado, escultura y cinematografía.
En diseño de alta joyería, ésta corriente se caracterizó por simetría, geometría y ángulos, es casi impresindible el uso de cortes de gemas cuadrados, esmeralda y baguette en cada pieza y si es un anillo Cocktail con gema central de corte redondo, éste seguramente está incluido dentro de un diseño rectangular o cuadrado.
Cartier diseña y marca pauta profundamente dentro de ésta corriente, retomando motivos orientales principalmente chinos interpretados en platino, diamantes, y acentos de ónix negro y coral rojo

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